El doctor Fray

En un hospital en Turku, Finlandia se desato un gran brote de varias enfermedades, los médicos no ajustaban para todos los pacientes y muchos de ellos morían.

A unos cuantos metros del lugar vivía un medico que fue echado de ese hospital por perder a un hombre en una operación, el doctor Fray. El medico se había vuelto loco y en ocasiones volvía a ese hospital a cometer varios asesinatos.

En una noche de otoño, Fray entró al hospital buscando saciar su sed de venganza, empujó la primera puerta que tenia a la mano, se asomó y observó a una niña con un vendaje en los ojos, el maniaco adivinó que estaba ciega. Observándola fijamente, le quitó el vendaje diciéndole en voz baja:
-Hola maldita golfa soy el doctor, y te pondré esta medicina en los ojos para que te cures-.

Fray tomo un galón de acido sulfúrico, roció los ojos de la niña y le lanzo un cerillo, despidiéndose de ella :
-Adiós, niña de mierda, espero que esto mejore tu visión-, y huyó antes de que lo descubrieran.

A la mañana siguiente, Fray cogió su periódico de su buzón y echando una mirada rápida, sonrió al ver el fatal resultado de su consulta a la niña, pero Fray no estaba satisfecho.

Tres semanas después de lo sucedido, el sádico doctor, visito una vez mas el hospital y esta vez en la misma sala donde le quemó los ojos a la niña y en donde falló su operación encontró a un paralítico, de inmediato le tapó la boca con una mordaza, y con el bisturí le cortó las manos y para terminar su “buena obra” se las cosió en los muslos, creando a un monstruo fue que se dio cuenta, del mal que hacia teniendo miedo de que lo descubrieran, tomó un tanque de éter y empapó todas las salidas posibles del hospital, al salir de la clínica lanzó un cerillo encendido de tal forma que quemando una entrada el fuego llegó a las demás, corrió y se sentó a pocos metros de la entrada, en sus ojos brillaba la luz que producía el incendio y en su boca se dibujaba una sonrisa de tranquilidad; al ver a la gente cubierta de fuego lanzándose de las ventanas, la locura le provocó a entrar para ver su crimen. Dentro una joven a punto de morir lo siguió, el galeno la percibió y le dijo:
-Oh, linda hija de perra ,veo que aun no te pudres, pedazo de mierda-, Fray saco una pistola y cuando estuvo a punto de dispararle sintió un tremendo frío en el pecho, el filo del vidrio roto que la chica tenía en la mano se había incrustado en el cuerpo del doctor, luego la chica le contestó:
-Bastardo, ahora ¿quien es la mierda?-.

Después de esos días, las muertes cesaron, pero se registraron miles de personas mutiladas, una nueva maniática se había desatado en la ciudad, pero esta vez con un juego diferente y más divertido.

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